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9.12.07

Personal Fest - Día 2 - CHRIS CORNELL

Cuando uno decide ir a un recital, deposita (además de dinero) muchas expectativas, espera ver un buen show, que suene bien, en un ambiente de gente que más o menos anda por la que anda uno... Bueno, todas mis expectativas para con el show de Chris Cornell anoche, en la segunda fecha del Personal Fest 07 fueron satisfechas.
Cabe aclarar: fui a la primera fecha también, y estaba fuera de lugar. Intenté hacer una apertura hacia el hip hop, rap, whatever... Y no puedo. Es más fuerte mi ninguneo... No me termina de cerrar, no lo entiendo... Y la verdad, uno no siempre termina entendiendo todo o encajando en todos los ámbitos de la vida, cómo no va a pasar con la música...
Cornell es un tipo al que conocí, obvio, por Soundgarden y el video de Black Hole Sun. Me entró más tarde que Pearl Jam, más tarde que Nirvana, y tal vez no soy una apasionada de esa pionerísima banda de Seattle, pero nobleza obliga, empecé a escuchar, y lo que escuchaba me gustaba cada vez más.
Cuando me enteré que venía como solista, ya roto Audioslave, fue automática la decisión de ir. Y qué bueno, porque fue uno de los mejores shows que presencié. Además, me di cuenta de algo: hay cosas que a nuestros oídos siempre suenan mejor, y en mi caso, es el grunge. Aunque vaya a ver a tantísimas otras bandas, uno siempre se siente como pez en el agua en determinadas aguas, no en todas...
El tipo salió vestido tranqui, flaco, con el pelo más largo y contento. Seríamos alrededor de 20 mil personas más o menos en el escenario principal, a horario, todo muy prolijo. Casi diría que de 1º mundo (a diferencia del día anterior: no ví a Snoop Dogg; para cuando las corridas yo ya me estaba yendo a buscar el auto).
Arrancó con dos temas de Soundgarden, Let me Drown y Outshined, para seguir con la recontrapotente Show Me How to Live, de Audioslave. Debo decir que los dos primeros temas mucho no los calé, pero con el tercero fue empezar a saltar y revolear los pelos como si me poseyera un maldito demonio. Ya había hecho el ridículo la noche anterior tirando un par de pasitos de break, ya había movido la cabeza con los Happy Mondays, pero ahora era lo mío, era estar en un momento de esplendor, celebrando a una de las voces más grossas de los 90.
Después se vino el tema de James Bond, You Know My Name, lindo, que no hubiera estado fuera de lugar en el repertorio de la mega-banda que armó con los ex RATM, pero que quedó totalmente opacado por los que le siguieron, digamos, la parte más fuerte del recital. Que fue como un grandes éxitos de varias bandas a la vez. Que el cantante sea el mismo le da una identidad a los temas que obvio, no tenían las violas de Morello ni las batas de Cameron, pero se la bancan más que bien. Sería raro escuchar a Zack de la Rocha cantando Spoonman...
No Such Thing, Be Yourlself, bien... Cuando arrancó Hunger Strike pensé que me moría... Yo alucinaba secretamente que tal vez -por esas cosas que tiene la vida- se apareciera aquel viejo amigo de CC que lidera Pearl Jam a cantar con él -soñar no cuesta nada, al fin y al cabo- las partes de Hunger Strike -de Temple of the Dog, banda de colegas grunge que se reunieron para homenajear al fallecido Andrew Wood-. Pero no, era el violero el que hacía los backs, o nosotros... Aún así fue uno de los momentos más emocionantes del show.
Al toque sonó Spoonman y flasheé, la re flasheamos todos... Después más Audioslave con Cochise -el que fuera el primerísimo primer corte de la banda-, y uno de los explotes de la noche, por no decir EL: Black Hole Sun. Fue volver a los 18 años, pasar el video una y otra vez por mi mente, con la Barbie en la parrilla de barbacoa y el perro deforme, y el eclipse que se viene... Fue levantar los ojos al cielo y darle las gracias a ese algo que existe pero no me atrevo a llamar Dios -como hiciera aquel 25 de noviembre en el Estadio de Ferro- por ser sensible y sentir la música en la piel, en los huesos y en el alma.
Después vinieron What You Are, Rusty Cage y uno de mis preferidos de CC solista: Can't Change Me. Me hubiera encantado algún otro tema de Euphoria Morning, es un disco que escuché muchisisisisimo, en un momento muy particular de mi vida, que conservo como una reliquia entre mis escuchas especiales.
Ahí parecía que se terminaba, pero no. Salieron de nuevo -la banda suena muy bien, muy ajustada, e incluso parece harto más joven en sonido que Cornell, pero hacen una excelente yunta- y arremetieron con Slaves and Bulldozers y después una serie de medleys de los que pude reconocer algo de los Doors -mi novio al toque, cuando lo vio paradito con el mic agarrado con las dos manos y la cabeza gacha, mirada fija en el suelo, me dijo: eso es re Morrison, y tenía razón- y el final con Whole Lotta Love de Led Zep.
El tipo tiene una voz del recontra requete carajo, llega a todas, no pifia una -aunque mis amigos músicos dicen que tuvo una "ayudita" de parte del sonidista, pero yo no me di cuenta, y mejor así-, canta con el alma y el cuore, feliz, saludable, sano... Y cada día más hermoso.
Espero que vuelva, como dijo anoche, y sea un recital de él solito en un estadio un poco más cómodo y sin tanta parafernalia alrededor. Cuando cantás así, no hace falta ni un mega escenario ni fuegos artificiales, sólo alcanza con tus canciones, tu voz, tu presencia, y la pasión que demostrás en lo que estás haciendo. Todo eso, Cornell lo tiene de sobra.

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